La geometría como sostén del vacío – acercamiento a la obra de Iván Rojas

Iván Rojas, artista contemporáneo venezolano, construye grandes espacios geométricos que otorgan un lugar privilegiado al espacio vacío como un componente más de cada obra de arte. Esta inclusión propone además la búsqueda incansable por la construcción de sentidos sociales nuevos a través de lo visual.

El interés de Iván por las artes visuales se remonta a los últimos años de su escuela primaria. Aún hoy sigue viva aquella fascinación que sentía al mirar las pinturas y esculturas de las casas e instituciones culturales que visitaba en La Asunción (Isla Margarita), ciudad donde nació y permaneció hasta los dieciocho años. Si bien siempre ha estado interesado en el arte, no será hasta finales de los de los años ochenta, después del tránsito temporal por la Facultad de Odontología de la UCV y la Escuela de Biología Marina de la UDO, cuando decide iniciar su carrera como artista plástico.

Comenzó asistiendo a varios talleres de dibujo y pintura, realizando prácticas que aumentaron el interés por el arte y ayudaron a despertar una vocación que siempre estuvo latente. En ese momento tomó la decisión de matricularse en el Instituto de Diseño de Caracas y realizó otros cursos de pintura, escultura y artes graficas en varios centros de Venezuela y México. Su trabajo siempre ha estado motivado por la necesidad de abordar los temas y problemas que le ocupan y preocupan para “construir sentido” por medio del arte. Para Iván, la creación artística es una manera de entender e interpretar la vida. Como él mismo lo llama, “Un camino de conocimiento a la “ultimidad” de las cosas”.

Las técnicas y los materiales empleados en sus obras dependieron siempre de las diferentes propuestas desarrolladas en el curso del tiempo. En la etapa inicial trabajó la pintura sobre tela, la talla en madera y la fundición en bronce. En la actualidad, las obras son estructuras realizadas con MDF y cubiertas con pintura acrílica. Sin embargo, estas técnicas no han supuesto la desaparición del papel como soporte, un material al que siempre vuelve ya que sus antecedentes como diseñador gráfico, dibujante y grabador mantienen viva su presencia.

En este sentido, la obra de Rojas ha sufrido un proceso evolutivo que partió desde la figuración sintética hasta llegar a la abstracción geométrica sensible. Autodenominada por él como “sensible” porque, aunque hay una estructura formal determinada, “aún persisten ciertas expresiones gestuales que derivan de las técnicas pictóricas en cuanto al modo de emplear el color”. Pero, los cambios de técnicas, materiales y resoluciones plásticas han mantenido una relación proporcional con la aparición de nuevas propuestas conceptuales.

La geometría surge, entonces, como resultado de un proceso natural de decantación de las formas figurativas. A través del tiempo, su obra aborda problemas formales y conceptuales del arte que desembocan en una abstracción sintética de las formas y de allí al razonamiento geométrico. Además, en este proceso, ha pesado mucho la tradición modernista del arte y la arquitectura que se desarrolla en Venezuela en la década de los años cincuenta.

En esta exploración permanente, el encuentro personal con la obra de Eduardo Chillida generó un acercamiento a la escultura universal y con ella, al concepto del vacío como propuesta estética, generando un interés de investigación permanente para incluirlo en su propia obra.

Ausencias presentes

Al comienzo su interés principal se centró en la representación humana y desde allí, investigó y rindió tributo al poblador de los territorios caribeños, a su cultura, su cosmovisión. Luego de un proceso de desarrollo y creación permanente se produce un giro hacia una visión introspectiva del ser, incluso autorreferencial, hasta avanzar a un planteamiento abstracto donde se decanta por completo la figuración para dar paso a estructuras compositivas basadas en la lógica formal. Estas prácticas derivan en las exploraciones e interpretaciones del vacío como propuesta plástica con todas sus implicaciones formales y filosóficas.

En este sentido, el vacío está planteado en sus esculturas a través de una serie de signos abstractos que responden a las leyes de la geometría. Son horadaciones que sobre el plano generan una relación dialógica entre las partes, o lo que es lo mismo entre la materia y el espacio, que en este caso se convierte en un elemento de la obra. Todas estas variables provienen de la idea de representar el silencio y la ausencia a través del vacío en la obra de arte. Esto implica considerar el vacío como una entidad proyectual de nuevas expresiones formales y espaciales.

En el proceso de afrontar formalmente la abstracción geométrica, la pintura tuvo que prescindir de la representación para dar paso a la creación de una serie de signos abstracto-geométricos. Estos signos forman parte de una estructura conceptual y metodológica en la que se complementan el vacío y la materia como soporte, entendido también como “positivo y negativo” que da curso a un sistema de interrelaciones determinantes en el discurso plástico.

Los nuevos relieves y móviles que desde hace un par de años viene realizando, además de las consideraciones plásticas, técnicas y estéticas, plantean un juego perceptivo que permiten a los espectadores un rol más activo. Esta dinámica, además de las percepciones visuales y las relaciones de desplazamientos del espectador y los movimientos de las piezas (en el caso de los móviles), supone también una reflexión sobre las propiedades y conceptos de la propia obra de arte. Y, en consecuencia, aspira a su comprensión y producción de una nueva experiencia estética.

Es por esto que Iván, a través de estas consideraciones filosóficas sueña con desarrollar una obra importante. Una obra que sea producto del estudio y la investigación rigurosa, capaz de hacer reflexionar y emocionar a quien tenga la oportunidad de abordarla. Su trabajo es minucioso y comprometido. En sus palabras, “solo a través del estudio se puede llegar a conceptualizar y producir una obra significativa que procure un aporte al arte contemporáneo”.

El trabajo de este artista se basa en un proceso de síntesis y desmaterialización donde la comunicación se hace cada vez más interna, donde se reflexiona por lo más profundo del ser, a través de estructuras simples que se agrupan para formar sistemas. Estos sistemas incluyen la ausencia y el vacío como parte del objeto y le otorgan una presencia propia. Presencia que es capaz de producir la reflexión y cavilación de los individuos en su propia contemporaneidad.

por Nadia Paz, para Arte Al Límite.

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